¿Sin palmadas, se puede criar bien a un niño?
Si usted creció creyendo que una palmada a tiempo es necesaria para que sus hijos no se le salgan de las manos, lo invitamos a leer el siguiente artículo.
Miles de adultos crecieron en medio de palmadas, pellizcos o gritos, que a primera vista parecen inofensivos e incluso necesarios durante el proceso de crianza de cualquier niño. Pero ¿realmente son necesarias estas prácticas cuando estamos acompañando la crianza de la niñez?
El Instituto colombiano de Medicina Legal muestra que las cifras de violencia en la vida cotidiana de las familias han ido en aumento. Durante 2017 fueron reportados 10.385 casos, lo que representa 4,02% más que en 2016. Esto demuestra que al interior del hogar se están replicando comportamientos violentos que afectan el desarrollo de los niños y niñas, y que la violencia pasó de ser una realidad asociada al conflicto armado, para convertirse en un comportamiento natural al interior de las familias.
Para Heydi Arévalo, experta en niñez con más de 17 años de experiencia, la naturalización de la violencia en el hogar es producto de la repetición de ciertos esquemas que fueron aprendidos al interior de la familia y que los adultos de hoy han interiorizado como “tolerables” al momento de criar a un niño, sin ser conscientes de que estos también son violencia. “Cuando yo estoy convencido que no puedo evitar darle una palmada a un niño, estoy tolerando la violencia” cita Arévalo.
Entonces, ¿cómo acompañar a un niño en la crianza?
Los niños y niñas deben tener un modelo de crianza que no caiga en los dos extremos que comúnmente se observan: uno, el control y dominación del niño a través de la violencia y otro, el desarrollo del niño libremente sin límites y reglas. “Los niños y niñas deben crecer en contextos donde sean claramente definidos los límites y normas, así como su responsabilidad en el cuidado de otros y de sí mismos”, menciona Heydi Arévalo.
La crianza no puede basarse en un esquema vertical y privado que se limita a la relación entre padres e hijos. Expresiones como “es mi hijo y yo lo educo como quiera”, muestran que hay una percepción de propiedad sobre la vida de los niños, lo cual, desfigura su rol como pares y sujetos de derechos.
En este sentido, es necesario que los padres de familia apropien la importancia de contar con otros actores de la sociedad que también estén comprometidos con la crianza y acompañen este proceso. Por esto, docentes, líderes eclesiales, vecinos, familiares o cualquier persona que esté cerca de un niño o niña, pueda asumir su rol como corresponsable del acompañamiento del desarrollo de la niñez, siendo un apoyo para los padres de familia y/o cuidadores, pero también, siendo garantes de los derechos de la niñez para evitar posibles casos de violencia al interior del hogar.
Para llegar a este tipo de crianza, World Vision, organización experta en niñez, ha trabajado la metodología de la Crianza con ternura, desde la cual, se presentan algunas recomendaciones para tener herramientas en la difícil pero apasionante tarea de acompañar a un niño en su crecimiento:
- El primer paso es interiorizar que los niños y niñas no son propiedad de unos u otros sino sujetos de derechos, a quienes todos debemos proteger.
- Cada adulto debe revisar qué tipo de comportamientos violentos tolera y ha naturalizado en su vida cotidiana, no solo física sino psicológicamente.
- Cada padre de familia y cuidador debe reconciliarse con la historia de violencia que ha vivido. Es necesario perdonar el maltrato que se recibió en la niñez, pero también pedir perdón por la violencia que ha sido ejercida con el otro.
- Cada padre de familia debe definir exactamente qué está formando en su hijo y establecer claramente qué está bien y qué está mal, de manera que desde el principio el niño identifique los límites y las normas que debe seguir.
- Sea coherente entre lo que definió y la manera como acompaña al niño. Si le pide respeto, no lo grite o maltrate.
- Si tiene alguna dificultad o necesita apoyo, no dude en buscar ayuda extra de entidades o personas que puedan acompañarlo en la crianza.
- Si conoce algún tipo de violencia intrafamiliar que afecte directa o indirectamente a un niño o niña, denúncielo a la línea 141 del ICBF. Usted puede evitar que estos comportamientos sigan siendo una tendencia.
(Consulte más recomendaciones AQUÍ).
Sin embargo, tenga en cuenta que estos cambios en los modelos de crianza que se han tenido durante generaciones, solo serán efectivos y visibles cuando usted se convenza de que no es necesario ningún tipo de violencia durante la crianza de un niño.
#NecesitamosATodoElMundo para eliminar la violencia contra la niñez.