POR UNA VERDADERA FELIZ NAVIDAD CON ESPERANZA

Solo entre el fin de semana de celebración de las velitas, se reportaron 94 personas lesionadas por causa de la pólvora, acorde a las revelaciones del Instituto. Una cifra que debe encender urgentemente las alarmas si se contrasta que, acorde al seguimiento de las autoridades, se encontró que el 39 por ciento de los adultos involucrados en los incidentes estaba bajo los efectos del alcohol y acompañados por niñas, niños o jóvenes, que resultaron lesionados en el 6 por ciento de los casos.

Acorde a las autoridades, los “totes” siguen siendo los artefactos más peligrosos y son causantes de una (1) de cada tres (3) lesiones. Seguidos por los voladores, los volcanes, los cohetes y las luces de bengala o chispitas mariposas.

Además, pese a una disminución en comparación con los reportes del año pasado, preocupa primordialmente la situación en departamentos como el Valle del Cauca, Antioquia y Tolima. Una preocupación llamar la atención de todos dado que son fechas como los inicios de las novenas, la Navidad y la noche del 31 de diciembre y la mañana del 1 de enero, las que más evidencian picos en la quema de pólvora y reportes de lesiones.

Un panorama que se suma a las múltiples vulnerabilidades y violencias a las que se ven expuestos las niñas, niños y jóvenes en esta temporada decembrina, principalmente y acorde a los resultados de las pruebas ADAPT desarrolladas por World Vision Colombia, por el descuido de parte de las madres, padres y cuidadores, una de las problemáticas que más afectan a la niñez.

Es por ello que, desde las jornadas de celebración navideña y cierre de año en cada uno de los programas y comunidades de atención, a lo largo de los 20 departamentos donde la ONG tiene presencia, se propone acciones que unen a todos en torno a proteger a la niñez desde nuestros hogares:

• Tratar a los niños y niñas con amor y ternura todos los días.
• Brindarles afecto, respeto y acogida, eliminar el castigo físico y el trato humillante.
• Eliminar toda acción violenta de insultos, gritos, chantajes, castigos, abandono y maltrato físico.
• Dialogar con ellos escuchándoles con paciencia y amor, y creer lo que dicen.
• Ponerse en el lugar de los niños para entender su comportamiento considerando su edad, necesidades y emociones.
• Reivindicar el derecho al cuidado, protección y educación con ternura.
• No ser indiferente ni tolerante con las diversas formas de violencia y casos de maltrato contra la niñez.
• Orientarles para resolver los conflictos mediante el diálogo y la sana convivencia. Enseñarles con el buen ejemplo.
• Reconocer sus cualidades, fortaleciendo su autoestima y confianza.

El mes de Diciembre debe ser la oportunidad ideal para no solo garantizar sus derechos y despertar la esperanza en sus corazones, sino el escenario ideal para establecer acciones efectivas de protección, que permita reversar la tendencia de violencia escalada contra la niñez.

Aquí unos consejos adicionales, ideales para la celebración navideña:

• Acompañamiento permanente durante todas las actividades: garantizando la supervisión de las niñas y niños por un cuidador de confianza.
• No uso, en ningún caso o circunstancia, de la pólvora. El uso de estos elementos debe estar en manos de profesionales y adultos capacitados para ello.
• Evitar el consumo de alcohol durante las fiestas. El disfrutar de la luz de la navidad se debe hacer en familia y con tranquilidad.
• Uso de identificaciones: para las niñas y niños, es importante usar una identificación con los datos más importantes, como teléfono y nombre de los padres, facilitando el contacto en caso de extraviarse durante eventos masivos.
• Rutas, recorridos y puntos de encuentro: es importante elegir con anticipación la ruta del recorrido a realizar y los puntos de encuentro, si se sale en familia a disfrutar el alumbrado navideño.

Diciembre y la Navidad es por excelencia la fiesta de la niñez y juventud, por ello debemos comprometernos a garantizar que ellos disfruten, jueguen y se diviertan, siempre en espacios seguros y protectores, a través del compromiso corresponsable de madres, padres, cuidadores, docentes, vecinos y conocidos. Solo así se puede garantizar que niñas, niños y jóvenes vivan su vida a plenitud.