ENTRE LA GUERRA, NIÑOS UCRANIANOS Y MOLDAVOS APRENDEN Y SE UNEN
Son más de dos años de guerra en Ucrania, esto ha generado que miles de niñas, niños y adolescentes dejen sus hogares y tengan que adaptarse a nuevas formas de vida en países vecinos como Moldavia. World Vision, a través de su trabajo humanitario, le apuesta a cuidar y dar herramientas de desarrollo y protección a estas comunidades.
Por: Por Laurentia Jora, Directora de Comunicaciones en Ucrania
En el corazón del campo moldavo, a unos 70 kilómetros de la capital, Chisinau, se encuentra un pequeño pueblo rodeado de exuberantes bosques. Aquí, en el animado campamento de verano cerca del pueblo de Zloti, 125 niños ucranianos y moldavos juegan y participan en actividades deportivas.
Bajo el abrasador sol de julio, Stanislav, un niño moldavo de ojos verdes, ejecuta cinco movimientos de danza con precisión y velocidad. Anna, quien llegó desde Odessa, Ucrania hace dos años, se encuentra junto a él, intentando imitar los movimientos con increíble exactitud.
A pesar del calor sofocante, ambos han estado dedicados a aprender la nueva danza moldava durante varias horas. Son bailarines profesionales que se conocieron hace apenas unos días al llegar al campamento de verano de diez días, organizado por WeWorld, socio local de World Vision, y financiado por Aktion Deutschland Hilft.
En medio del caótico sonido de las risas de la niñez, se oye un estruendo que hace que Anna se estremezca involuntariamente. La pesada puerta del edificio cercano se cerró con un fuerte golpe. Su corazón se detiene en su garganta y se queda paralizada, con los ojos abiertos de terror.
Tenía solo 9 años cuando comenzó la guerra. Ha sido testigo de la pérdida, la destrucción y la tensión perpetua que ha asolado su ciudad desde aquel horroroso febrero de 2022. Cada ruido fuerte, cada movimiento inesperado la lleva a aquellos primeros días de vida en el subsuelo.
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Yulia y Anna, hermanas gemelas, se han trasladado a varias ciudades de Moldavia, primero compartiendo un espacio con algunos familiares, y luego mudándose a la capital. "La parte más difícil es simplemente extrañar tu hogar, tu gente," comparte Yulia, con sus ojos almendrados brillando con tristeza.
Ambas han estado estudiando en línea, siguiendo el currículo ucraniano. La parte más desafiante para ellas es encontrar nuevas conexiones significativas en este entorno desconocido mientras pasan horas frente a sus escritorios. Sin embargo, el campamento de verano les brindó la oportunidad de participar en un aprendizaje cara a cara y en interacciones sociales.
Los campamentos de verano se extienden por un período de tres meses y consisten en ocho ciclos de 10 días, acomodando a 125 niños ucranianos y moldavos por ciclo. Durante los tres meses, un total de 1000 niños participan en las actividades.
"Al ofrecer apoyo físico, emocional y social estructurado, estos campamentos crean un ambiente seguro para actividades físicas, reduciendo el estrés y la ansiedad. Socialmente, facilitan la interacción entre pares y el intercambio cultural, fomentando un sentido de pertenencia y la integración en la comunidad," añade.
Niños de 8 a 15 años participan en una amplia gama de actividades educativas y recreativas dirigidas por 13 facilitadores para apoyar el desarrollo personal. Reciben alojamiento durante diez días, tres comidas principales y dos bocadillos diarios, así como excursiones por Moldavia. "Los campamentos de verano promueven la cohesión social entre niños moldavos y ucranianos, fomentando la comprensión mutua, la amistad y un vínculo comunitario más fuerte," explica Liliana Marfescu, la directora del campamento.
Mientras Anna y Stanislav esbozan sus movimientos de danza, a pocos metros, bajo el abrasador sol del mediodía, otro grupo de niños juega al voleibol. La pelota rebota alegremente, mientras los niños saltan con la esperanza de igualar el marcador con el equipo contrario.
Cerca, bajo la sombra de un techo de madera, se desarrolla una escena más tranquila. Dos niñas, con el ceño fruncido en concentración, compiten en una batalla estratégica sobre un tablero de ajedrez. En el lado izquierdo del prado, María, de siete años, juega con aros coloridos.
"Hay algo para todos aquí, desde pintura hasta danza, actuación y deportes," dice Mihai riendo.
A medida que el sol comienza a ponerse y la luz dorada llena el aire, los niños comienzan a compartir sus sueños y esperanzas para el futuro. "Mi mayor sueño es tocar el piano en un escenario mundial," dice Stanislav. "Quiero ser doctora," añade Yulia.
Después de más de dos años de guerra en Ucrania, Moldavia alberga a más de 116,000 refugiados ucranianos. World Vision ha alcanzado a más de 314,000 de ellos, incluidas las comunidades anfitrionas, con servicios de salud mental, necesidades básicas, educación, asistencia económica, protección e iniciativas de medios de vida.
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Sobre World Vision
World Vision es una organización global de desarrollo, ayuda humanitaria, Advocacy (incidencia política y movilización), promotora de la justicia y de principios cristianos, centrada en la protección integral con ternura de las niñas y niños más vulnerables, incidiendo en la superación de la pobreza extrema, la plenitud de la vida y la transformación humana.