COVID-19 AGRAVA CRISIS DE NIÑEZ VENEZOLANA MIGRANTE
- Desalojos y pérdida de empleos obligan a millones a retornar
- 6 de cada 10 niños migrantes de Venezuela no están estudiando
- Millares enfrentan la pandemia sin acceso a insumos para higiene
El riesgo de pobreza y explotación para los niños y las niñas venezolanos migrantes se multiplica a medida que miles de familias que huyeron de la crisis económica y política de Venezuela, están buscando un lugar seguro para vivir durante la pandemia ocasionada por la COVID-19.
América Latina es el nuevo epicentro del brote global en los países en desarrollo, con más de 1,3 millones de casos confirmados en toda la región y una quinta parte de los casos a nivel global. Ante ese panorama, se calcula que hasta mil personas por día intentan regresar a Venezuela desde que comenzaron las medidas de aislamiento a mediados de marzo, a pesar de que los gobiernos cerraron oficialmente las fronteras para evitar la propagación del virus.
La pérdida de ingresos en los países de acogida, el desalojo ante la incapacidad para pagar una vivienda, la xenofobia, la discriminación, y la falta de acceso a los servicios de salud y la higiene básica son las principales razones por las que las personas intentan retornar a sus lugares de origen.
Una reciente encuesta de World Vision a 392 niños y niñas migrantes venezolanos en seis países de acogida encontró que uno de cada cuatro ha sido separado de sus padres durante el brote de coronavirus. El 28% de ellos dijeron que corren el riesgo de ser desalojados y una quinta parte afirmó que no tiene acceso a agua y jabón para mantener una buena higiene durante la cuarentena. Por otra parte, el 63% de los niños y niñas venezolanos entrevistados aseguraron que no pueden continuar sus estudios durante la pandemia. Mientras tanto, el 60% percibe un aumento de la xenofobia y discriminación hacia ellos.
World Vision, una organización humanitaria internacional que responde a la crisis migratoria de Venezuela y a la emergencia sanitaria por COVID-19, advierte que el impacto económico está impulsando a las personas a tomar decisiones desesperadas.
Un panorama desolador:
Se estima que siete millones de personas necesitan asistencia humanitaria dentro de Venezuela y más de 3,6 millones de niños y niñas requieren servicios de protección fuera de este país, de acuerdo con el plan de respuesta de las Naciones Unidas para la crisis de Venezuela. Esto significa un aumento de 400.000 personas más de las que necesitaban protección a fines de 2019.
Incluso proporcionar alimentos es una carga para las familias, ya que uno de cada tres venezolanos padece inseguridad alimentaria, según el Programa Mundial de Alimentos. Un informe de la ONU indica que el número de personas que necesitan asistencia alimentaria aumentó de 208.000 a 386.000 en mayo pasado. En ese contexto, World Vision se está preparando para atender un mayor número de personas en sus centros de alimentación.
El número de migrantes y refugiados venezolanos dispersos por la región se acerca a los 5,5 millones. Si la tasa de migración previa al coronavirus continúa después de la reapertura de las fronteras, la crisis será más grande que la crisis de refugiados sirios.
Para World Vision, la articulación con organizaciones locales y líderes religiosos en Venezuela y en todos los países de acogida es fundamental para aumentar la capacidad de cumplir los compromisos de ayuda a las personas afectadas por esta crisis. Las alianzas y la coordinación entre gobierno, sociedad civil, sector privado y organismos internacionales son clave en el futuro.